Recorrer esta pequeña-gran ciudad castellano y leonesa significa disfrutar de un soberbio catálogo monumental de carácter religioso, civil, artístico y cultural sin precedentes y del que disfrutarás. El turismo religioso está de moda y con Guías Turísticos España podrás realizar esta ruta guiada con nuestros guías expertos y habilitados.
Iglesia de San Juan de Rabanera
Suplemento de 1 idioma: 20 euros sobre precio total
Suplemento de 2 idiomas: 30 euros sobre precio total
Bello monumento románico castellano. En su interior custodia dos impresionantes Crucifijos, el del altar mayor, conocido popularmente como Cristo del Olvido o Cillerero, de estilo románico y el Cristo del Perdón en el crucero, enmarcado por un retablo barroco.
Situada en la Plaza Mayor y frente al Ayuntamiento de Soria. Fue construida a finales del siglo XII y principios del XIII. Es de estilo románico y está bajo la advocación de San Gil. El templo tiene tres naves y acaba en sendos cilindros absidiales.
La Colegiata de San Pedro, auténtica joya de la arquitectura románica castellana, tiene también el título de Concatedral desde 1959 y comparte la sede catedralicia con el Burgo de Osma. La Portada Sur como la Puerta Santa y la Portada del Claustro son tres hitos inconfundibles de la Concatedral, que la dotan de un valor artístico incuestionable. Visita y admira esta hermosa construcción. arquitectónica.
Conocido también como Arco de San Juan de Duero. Es de arquitectura románica y está situado a las afueras de la ciudad de Soria. La iglesia y el claustro son los restos de un Monasterio de la Orden Militar de los Hospìtalarios de San Juan de Jerusalén o caballeros sanjuanistas.
La Ermita de San Saturio está dedicada al patrón de Soria, que fue de origen godo y que vivió en la ciudad, según la tradición. Al morir sus padres donó a los pobres todas sus riquezas, retirándose a vivir en una cueva junto al río Duero, donde estuvo cerca de 40 años con un joven discípulo, Prudencio. Compartieron oración, penitencia y sacrificio. La ermita se construyó a principios del siglo XVIII y es un conjunto artístico y natural de una belleza indescriptible, siendo un perfecto escaparate de la vida y costumbres del Santo. Es uno de los enclaves paisajísticos más bellos de la ciudad.